Siempre que la dieta sea equilibrada y tenga como objetivo la reducción de peso progresiva (si es en exceso), puede ser muy bienvenida para la salud renal, ¡sí!
Se ha demostrado que las dietas ricas en frutas, verduras, legumbres, cereales, cereales integrales, pescado y aves, semillas y frutos secos, así como bajas en sal (incluidos los embutidos, los alimentos enlatados y los alimentos procesados) son beneficiosas para la salud en general y, en consecuencia, a los riñones. .
“Pelar más y desenvolver menos” debería ser el lema de las personas que se preocupan por su salud, pero también debería ser el objetivo de todos los pacientes diabéticos e hipertensos. Los alimentos procesados, teóricamente fáciles de manipular y preparar, contienen muchos aditivos, grasas saturadas y sal, que son perjudiciales para los riñones. Esta facilidad, a la larga, no se justifica por los perjuicios que su salud pueda cosechar en el futuro.
Por el contrario, se sabe que una dieta rica en potasio (que se encuentra ampliamente en frutas y verduras) es capaz de reducir la presión arterial y, en consecuencia, disminuye el riesgo de disfunción renal. No debemos olvidarnos de la ingesta de agua, unos 2 a 3 litros al día (el cálculo ideal es de 35 ml/kg de peso). Reduce la posibilidad de cálculos renales. En pocas palabras: una dieta rica en alimentos naturales y agua, así como baja en sal, es el camino para tener riñones sanos.
DR. CAROLINE REIGADA: Nefróloga
