Uno de los factores que acelera el envejecimiento se llama estrés oxidativo. Normalmente producimos radicales libres todo el tiempo, pero nuestros cuerpos también producen una defensa anti-radicales libres. El sueño es una potente desintoxicación. Durante el sueño producimos varias sustancias consideradas antioxidantes, como la hormona del crecimiento y la melatonina, y reducimos la producción de radicales libres, es decir, el sueño es un regulador del estrés oxidativo.
El exceso de radicales libres es responsable del daño a varios órganos. En el cerebro se puede relacionar con la ansiedad y la depresión, aumenta el riesgo de tumores, y en la piel, compromete la producción y calidad de las fibras de colágeno y elastina, acelerando el envejecimiento. Por lo tanto, no tener un sueño saludable es perjudicial para la piel.
La cantidad de horas de sueño varía mucho. La mejor medida es la percepción de despertarse bien, descansado y sin sueño durante el día. Por ejemplo, el sueño incontrolable con bostezos durante una reunión puede ser un signo de sueño insuficiente o deficiente.
Dormir boca abajo también influye en estas marcas. Y es un problema que llamamos líneas para dormir. Lo ideal es dormir sin presionar la cara contra la almohada. Hay muchos dispositivos que le permiten dormir de costado o boca abajo sin “aplastar” su cara, pero la calidad del sueño no puede verse comprometida. Las líneas del sueño son a veces tan profundas que requieren tratamientos como ácido hialurónico y láser.
*DR. BEATRIZ LASSANCE: Cirujano Plástico egresado de la Facultad de Ciencias Médicas de Santa Casa de São Paulo y residencia en cirugía plástica en la Facultad de Medicina de ABC. Trabajó en Onze Lieve Vrouwe Gusthuis – Amsterdam -NL y es miembro de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica, de ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética) y de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica. Además, es miembro del American College of LifeStyle Medicine y del Brazilian College of Lifestyle Medicine.
