La importancia del sueño en nuestras vidas es enorme. Como sabemos, nuestro cuerpo necesita al menos 8 horas de sueño al día para tener una vida saludable, pero esto no siempre es posible. Y aquí viene la gran pregunta: ¿cómo tener un momento ideal, incluso durmiendo menos horas de las recomendadas?
No es fácil respetar esta condición, porque en muchas ocasiones lo dejamos para más adelante. Esto es de lo que quiero hablar contigo.
Existen 4 formas de establecer un equilibrio y tener una vida más saludable y para ello debemos seguir las siguientes reglas:
- Paso Primeiro – Soy equilibrado;
- Segundo paso – dieta balanceada ;
- Tercer paso – ejercicios físicos frecuentes;
- Cuarto paso: establecer el autoconocimiento.
Comprendamos más sobre la importancia del sueño y cómo esta práctica se trata de una mayor calidad de vida. ¡Buena lectura!
La importancia de un sueño equilibrado
Seguir una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico de forma regular y cuidar la salud mental es fundamental para llevar una vida sana. Pensándolo bien, ¿sabes la importancia del sueño para el bienestar?
Con el correr del día a día, muchas veces se deja de lado el sueño. Son tantas las tareas que ni nos acordamos que dormir bien es fundamental para el organismo.
El sueño influye en nuestro equilibrio mucho más de lo que podemos imaginar. Es durante este período que el cuerpo regula sus funciones, las células se reparan y el cerebro descansa.
Dormir mal impide que el cuerpo realice correctamente sus actividades. Por ejemplo, la hormona del crecimiento se libera mientras dormimos.
Si las horas de sueño son insuficientes, no tenemos la cantidad adecuada de esta hormona tan eficaz para ganar masa muscular.
Otro buen ejemplo es el sistema inmunitario , que aprovecha el tiempo de descanso para ajustar las defensas del organismo. Entonces, si no dormimos bien, pronto la inmunidad se desregula.
Es por eso que aquellos que no duermen bien se enferman más fácilmente. Podemos decir que las diversas actividades de nuestro cuerpo se ven comprometidas con la mala calidad del sueño.
No solo estamos hablando de lo físico, sino también de lo mental. El estrés, el mal humor y la irritabilidad son solo algunos de los síntomas de quienes no descansan bien.
Por todo ello, podemos decir que dormir bien es uno de los hábitos que ayudan a tener una vida más saludable y con más bienestar.
Pero después de todo, ¿cómo dormir bien?
No basta con cerrar los ojos y esperar a que aparezca el sueño. Muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño y descansar de manera efectiva. ¿Eres de este equipo?
La buena noticia es que hay algunos consejos para dormir bien. La mejor parte es que son totalmente accesibles. Sí, puedes ponerlos en práctica hoy mismo. Vea:
6 consejos para pasar un rato relajante y saludable
- Trate de dormir y despertarse a la misma hora cada vez. Esto ayuda a regular su reloj biológico, por lo que es más fácil conciliar el sueño.
- Crea un ambiente acogedor y agradable;
- Apague las luces, incluidos los dispositivos electrónicos, ya que la hormona del sueño se libera mejor en la oscuridad;
- Apague su teléfono celular, ya que las distracciones dificultan conciliar el sueño;
- Coma una comida ligera antes de acostarse, ya que la digestión pesada perturba el sueño;
- Lee un libro o pon música relajante cuando te acuestes.
¿Cómo afecta el sueño al rendimiento en las actividades físicas?
Nuestro cuerpo necesita un buen descanso para cumplir con sus funciones, de lo contrario hasta el rendimiento en actividades físicas disminuye.
Por lo tanto, de nada sirve llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio a diario si no se descansa adecuadamente. Es un conjunto de buenos hábitos que hace que nuestra vida sea más saludable.
La importancia del sueño es mayor de lo que la mayoría de la gente cree. Por ello, es relevante difundir la idea de que dormir bien no es un lujo, sino una necesidad del cuerpo y de la mente.
Equilibrio entre cuerpo y mente
El punto de equilibrio entre cuerpo y mente es algo subjetivo. Después de todo, cada persona reacciona de manera diferente a las exigencias de la vida y así cada uno obtendrá un cierto grado de resultado ya sea positivo o negativo.
¿Y cómo vamos a saber si esto nos está haciendo bien o mal? Súper simple, solo entienda cómo está reaccionando nuestro cuerpo a lo que se está poniendo en práctica.
De esta forma, podemos definir este equilibrio como la consecución de sentimientos positivos que son capaces de proporcionar bienestar físico y mental. Entre ellos se destacan la paz, la alegría, el perdón, el optimismo entre muchos otros.
Por supuesto, la actividad física regular y la adopción de una dieta equilibrada también contribuyen a un cuerpo y una mente sanos. Sin embargo, debe dominar sus emociones y usarlas a su favor para obtener los beneficios de caminar todos los días o de una nueva dieta.
Por lo tanto, preste atención a algunas situaciones.
Signos de desequilibrio
Es claro notar cuando algo no está bien, nuestro cuerpo da señales de dolor, malestar, tensión, estrés, entre otros factores. Siempre es bueno estar atento a ellos, buscar ayuda y evitar daños físicos y psicológicos. Veamos los siguientes signos:
- Estrés crónico;
- Depresión;
- Trastornos del sueño como insomnio, bruxismo y síndrome de piernas inquietas
- Dolor en la espalda, piernas y cuello;
- indisposición durante el día;
- Irritabilidad;
- Dificultad para concentrarse;
- Confianza en sí mismo sacudida, sin iniciativa para tomar decisiones importantes;
- Trastornos de la alimentación, que pueden provocar obesidad o delgadez extrema;
- Problemas con las relaciones románticas, incluida la pérdida de la libido.
5 aliados del sueño para una vida saludable
1. Dieta equilibrada
Todos nuestros órganos y tejidos necesitan una nutrición adecuada para funcionar correctamente. Al igual que el calcio para los huesos y el hierro para la sangre, cada parte de nuestro cuerpo necesita una demanda específica que solo se adquiere con lo que comemos.
Sin una buena nutrición, su cuerpo está sujeto a la fatiga, así como a infecciones y otras enfermedades.
2. Fortalecer el sistema inmunológico
El sistema inmunológico se resiente cuando no le damos la debida importancia al sueño , pero también con una dieta indisciplinada. Nuestros anticuerpos son de base proteica y dependen de una buena reserva proteica para desempeñar correctamente su función.
Es decir, la falta de nutrientes para el sistema inmunitario hace que se enferme más fácilmente.
El brócoli, las espinacas, el jengibre y el hígado de res son algunos de los alimentos que ayudan en este ámbito a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Para aquellos que quieren perder peso, es importante tener en cuenta que el equilibrio es fundamental. Sin el consumo de nutrientes variados, por más que se intente llevar una dieta más liviana, perder peso se vuelve más difícil.
A pesar de tener una comida sin muchas grasas ni calorías, si tu cuerpo siente falta de algún nutriente para su funcionamiento que no estaba presente en lo que consumiste, tu cerebro desencadenará estímulos de hambre en poco tiempo.
Esto demuestra la importancia de consultar a un nutricionista cuando se quiere iniciar un seguimiento.
También explica el hecho de que tenga hambre unas horas después de consumir algún alimento pobre en nutrientes pero alto en calorías, como la comida rápida.
Los alimentos demasiado grasos o muy procesados te hacen comer mucho, pero tu cuerpo no hace ningún uso positivo de los alimentos.
3. Equilibrio hormonal
La mala alimentación tiene efectos que se sienten mucho más allá de la sensación física. Varios nutrientes afectan nuestra producción de hormonas, especialmente en las mujeres.
La falta de estos elementos puede dificultar el sueño, afectar el estado de ánimo y las emociones. Es decir, lo que consumimos puede tener un impacto en nuestras relaciones interpersonales.
Comer bien es cuidar nuestro cuerpo, lo que influye en muchos aspectos de nuestra vida. Sin él, el trabajo no funciona como debería, porque tenemos dificultad para concentrarnos, sin mencionar el estrés.
E incluso en nuestras relaciones personales y momentos de ocio, si nuestro cuerpo no está bien, no tendremos el equilibrio y la disposición que buscamos, o nos irritaremos más fácilmente.
Por lo tanto, nuestra nutrición afecta la forma en que vivimos nuestra vida diaria. Algunos alimentos tienen efectos en nuestro estado de ánimo que ni te imaginas.
Las verduras como el plátano y la calabaza, por ejemplo, contienen el aminoácido triptófano, que estimula la producción de serotonina en el cerebro. La serotonina es la hormona responsable de sentirse bien.
Otro ejemplo son los tallos de lechuga que poseen litio, actuando en el control de la ansiedad. Las verduras de hojas oscuras, como la col rizada y las espinacas, concentran una gran cantidad de vitaminas que contribuyen a la salud de la piel, el cabello y las uñas.
Mientras que la avena tiene fibra dietética que ayuda contra el estreñimiento, también contiene triptófano.
4. Practicar ejercicio físico
Probablemente hayas oído hablar de la importancia de la actividad física. Pero, según el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), el 47% de los brasileños son sedentarios.
Según la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física está relacionada con varias otras enfermedades, como la diabetes, la obesidad y las enfermedades del corazón. Estas enfermedades son responsables del 71% de todas las muertes en el mundo.
Además, las enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad y el agotamiento están apareciendo con mayor frecuencia y alejando a los empleados de sus puestos de trabajo. Y, créeme, la actividad física también puede ser un combustible para evitar estas patologías.
Cuando pensamos en actividad física, muchas personas la asocian con los cuerpos “perfectos” e irreales impuestos por la sociedad a lo largo de los años. Mucho más allá de la estética, la práctica regular está ligada a la salud y el bienestar.
Mover el cuerpo asegura la circulación sanguínea, regula los latidos del corazón, fortalece los músculos, mejora la postura corporal, combate la obesidad y el sobrepeso. Como se mencionó anteriormente, también ayuda a prevenir una serie de enfermedades.
La actividad física no es solo culturismo. Si no te gusta entrenar en máquinas, puedes optar por danza, pilates , yoga, natación, boxeo y mucho más. ¡Opción no le falta!
Como es bien sabido, la persona activa sufre menos estrés y está más dispuesta a realizar las tareas cotidianas .
La explicación radica en la química del cerebro. La práctica regular de actividades físicas reduce los niveles de hormonas del estrés como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol, lo que deja en claro que la importancia del sueño necesita atención.
Por otro lado, libera una hormona llamada endorfina (conocida como la hormona de la felicidad, que promueve una sensación de bienestar, euforia y alivio del dolor) y dopamina (que genera un efecto tranquilizante y analgésico en el individuo que practica actividad física de forma regular). ).físico).
5. Fomentar el autoconocimiento
Conocerse a uno mismo es una tarea fundamental para tomar decisiones conscientes y acertadas.
Si no sabes qué es el autoconocimiento, vale la pena tratar de entender un poco más sobre este concepto y las mejores formas de ponerlo en práctica. Después de todo, trae elementos que contribuirán a una vida más productiva y feliz.
A menudo creemos que nos conocemos lo suficiente y sabemos cómo tomar las mejores decisiones. Sin embargo, a la hora de tomar una decisión importante, nos sentimos inseguros.
Aunque este es un proceso muy natural, se puede mejorar si nos dedicamos a conocer más sobre nosotros mismos y, en especial, sobre nuestras emociones. Desarrollar tal habilidad nos ayuda a afrontar bien esos momentos decisivos.
Conclusión
Para conseguir un equilibrio entre cuerpo y mente se necesitan una serie de cuidados, desde reconocer la importancia del sueño en tu rutina, hasta una alimentación equilibrada acompañada de nutricionistas.
Es importante destacar que la práctica de ejercicios físicos es un buen aliado, pues además de ayudar a la persona a tener una vida saludable, también tiene una gran influencia en el sueño.