La dieta para la cirrosis hepática debe ser rica en alimentos nutritivos, de fácil digestión y asimilación por el hígado, con el fin de evitar el empeoramiento del estado de salud de la persona, debido a una deficiencia nutricional. Además, la dieta debe estar estructurada para no sobrecargar el hígado, cuya función ya está alterada en la cirrosis hepática.
La cirrosis hepática es una enfermedad que resulta en un mal funcionamiento del hígado, debido a cambios estructurales en sus tejidos, los cuales contienen nódulos y tejidos fibróticos formados en respuesta a la agresión causada por la inflamación desencadenada por el consumo abusivo de alcohol, drogas, grasas o por infecciones virales.
Cuando el daño hepático alcanza el nivel de fibrosis, el daño se vuelve irreversible. La única forma de mejorar la función hepática en esta situación es con un trasplante. Pero cuando la cirrosis del hígado se detecta en una etapa temprana, cuando no hay tanto tejido fibrótico, es posible retrasar la progresión de la enfermedad con medicamentos y ajustes en la dieta.
Vea cuáles son las dificultades y los síntomas que enfrentan quienes tienen cirrosis hepática, cómo debe ser su dieta, qué alimentos deben consumir y evitar y qué hacer en caso de cirrosis hepática avanzada.
Cirrosis hepática: dificultades y síntomas
La cirrosis hepática es una enfermedad crónica del hígado caracterizada por la sustitución de tejido sano por nódulos y tejidos fibróticos, lo que imposibilita que el órgano realice sus funciones de forma adecuada y eficiente.
Por lo tanto, al pensar en una dieta para la cirrosis hepática, debemos considerar que la enfermedad presenta las siguientes dificultades:
- Producción insuficiente de bilis: una sustancia esencial para la emulsificación o descomposición de las gotas de grasa. La bilis funciona como un “detergente” en nuestro organismo, descomponiendo las grasas y facilitando su digestión. Por lo tanto, una persona con cirrosis hepática tendrá dificultad para digerir las grasas.
- Control inadecuado de la producción de glucosa: mala regulación de los niveles de azúcar en la sangre, lo que lleva a un aumento de la glucosa en sangre y la acumulación de grasa.
- Deterioro de la producción de proteínas: el hígado pierde la capacidad de producir proteínas y mantener la masa muscular.
- Pérdida de la capacidad de metabolizar el colesterol, el alcohol y los medicamentos: genera un exceso de toxinas que circulan por la sangre.
Ante estas dificultades metabólicas, una persona con cirrosis hepática presenta los siguientes síntomas:
- náuseas y vómitos
- Perda de peso
- Dolor abdominal
- Hígado aumentado
- Fatiga
- Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia)
- Presión de vientre
- Heces claras o blanquecinas
- Caída de cabello
- hinchazón en las piernas
- orina oscura
- Presencia de líquido en la cavidad abdominal (ascitis).
Como deve ser a dieta para cirrose hepática
Teniendo en cuenta las dificultades que se presentan en un cuadro clínico de cirrosis hepática, la dieta debe incluir carbohidratos complejos , grasas buenas, proteínas de alto valor biológico y fuentes de vitaminas y minerales, presentes en los vegetales.
Además de micronutrientes, las verduras son ricas en antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y a desintoxicar el organismo, es decir, ayudan al hígado en su función depurativa.
Número de comidas por día
También se debe considerar la frecuencia de alimentación y el tamaño de la porción, considerando la mayor dificultad en la digestión. La mejor manera de ayudar con la digestión de los alimentos es comer con más frecuencia , de 5 a 6 comidas al día, pero en porciones pequeñas . En la práctica, la cantidad total de alimentos ingeridos en 6 comidas puede ser la misma que una persona que realiza solo 3 comidas al día, la diferencia está en el fraccionamiento de estos alimentos.
Macronutrientes e fontes nutricionais
Una de estas comidas debe consistir en la cena, que es el alimento que se come poco antes de acostarse. En esta comida se debe ofrecer al organismo una dosis de hidratos de carbono complejos, de digestión lenta, y proteínas, para mantener un adecuado aporte de nutrientes durante el sueño, con el fin de evitar el catabolismo muscular , es decir, la pérdida de masa muscular, que es ya una dificultad que enfrentan quienes tienen cirrosis hepática.
La proteína es un macronutriente que no puede descuidarse en la dieta de las personas con cirrosis hepática, pero las fuentes deben seleccionarse bien. Debes evitar aquellas proteínas de origen animal que van acompañadas de mucha grasa, principalmente representada por las carnes rojas.
Por lo tanto, se recomienda priorizar las fuentes animales de alto valor biológico, como huevos, aves, pescado y productos lácteos. También puedes consumir proteínas de origen vegetal como la soja, las lentejas y el tofu.
También es importante alimentar con prebióticos a las bacterias buenas que habitan en el intestino , porque si tienen abundancia de nutrientes, podrán multiplicarse más que las bacterias malas, que pueden causar enfermedades.
Si los cambios en la dieta no son suficientes para revertir una condición de deficiencia nutricional o bajo peso, puede ser necesario agregar estrategias de suplementación de vitaminas o fórmulas nutricionales para el aumento de peso.
Fontes de alimentos recomendadas
Teniendo en cuenta cómo debe ser la alimentación de quienes padecen cirrosis hepática, se recomiendan las siguientes fuentes de alimentos, que se ajustan a las características de una alimentación ideal para este cuadro clínico:
- Frutas y verduras de todo tipo: frescas, cocidas, con y sin piel. En caso de estreñimiento, dé preferencia a las frutas frescas y maduras, así como a las verduras y hortalizas.
- Cereales integrales: arroz, pasta y pan integral, avena, quinoa, cebada y centeno.
- Proteínas de origen vegetal: garbanzos, lentejas, guisantes, habas, tofu y soja.
- Proteínas de origen animal: preferentemente pescado, pollo, pavo y huevos.
- Lácteos bajos en grasa (descremados): queso blanco, ricota, requesón y yogur.
- Fuentes de calcio para personas con intolerancia a la lactosa: semillas de sésamo, espinacas, almendras, berros, sardinas, garbanzos, lentejas, puerros, acelgas y brócoli.
- Prebióticos: cebolla, achicoria, ajo, alcachofa, cereales, espárragos, remolacha y plátano.
- Grasas buenas: aceite de oliva, aguacate, pescado graso, semillas de chía, avellanas y nueces sin tostar.
- Condimentos: disminuir el consumo de sal y aumentar el consumo de condimentos naturales, como perejil, pimienta, orégano, azafrán, romero, tomillo, albahaca, ajo, perejil, cilantro, comino, menta, laurel y canela.
- Alimentos buenos para la función hepática: escarola, escarola, apio (apio), rábano, alcachofa, zanahoria y nabo.
En cuanto a la preparación de los alimentos, evita en lo posible freírlos, prepáralos hervidos, asados o a la plancha.
Algunos alimentos de la lista, como los productos lácteos y algunos cereales y verduras, pueden provocar gases, lo que provoca dolor y molestias abdominales. Presta atención a los alimentos que te provocan este u otros malestares y evítalos, aunque sean liberados para el consumo, ya que cada organismo reacciona de una manera.
Los alimentos que deben evitarse
Los alimentos que se deben evitar en una dieta para la cirrosis hepática son aquellos que tienen un alto contenido de grasas, carbohidratos simples y sodio. Los alimentos de este tipo son muy exigentes para el hígado, que está debilitado e incapaz de procesar eficientemente las grasas, los azúcares y la sal, lo que perjudica el metabolismo y la salud en general.
Para evitar complicaciones, elimine los siguientes grupos de alimentos:
- Carnes rojas y vísceras
- embutidos
- Lácteos enteros y quesos amarillos
- Alimentos y bebidas industrializados, ricos en grasas, sodio, azúcar, colorantes y conservantes.
- Salsas y condimentos preparados
- Enlatados
- Bebidas alcohólicas
Dieta en caso de cirrosis hepática avanzada
Las personas que se encuentran en un nivel de cirrosis hepática avanzada suelen presentar carencias nutricionales.
Un problema muy común en las personas con cirrosis hepática por esteatosis hepática (hígado graso) es la evacuación de heces grasosas debido a la mala absorción de las grasas. Como consecuencia de esto, se pierden muchas vitaminas que se diluyen en la grasa, las vitaminas liposolubles (A, D, E y K).
Para suplir la falta de estas vitaminas, puedes aumentar el consumo de los siguientes alimentos:
- Vitamina A: frutas y verduras de color amarillo anaranjado.
- Vitamina D: salmón y sardinas.
- Vitamina E: cereales integrales, avellanas, nueces y aceite de oliva.
- Vitamina K: brotos de verdura.
Cuando la deficiencia nutricional o la pérdida de peso es muy severa, la persona puede tener que permanecer en el hospital para análisis regulares de muestras de sangre, mientras recibe fórmulas nutricionales específicas, para compensar la deficiencia que tiene.
A menudo, esta nutrición se administra por vía intravenosa (en una vena) o por sonda nasogástrica o nasoentérica, cuando la persona no puede comer por vía oral o cuando el hígado está muy sobrecargado.
De esta forma, la alimentación se vuelve muy específica y orientada a las necesidades de la persona, con el objetivo de restablecer el buen estado nutricional lo más rápido posible.
Dependiendo de otros problemas de salud de la persona, como obesidad, cálculos biliares , hipertensión portal o encefalopatía hepática, se ajustan las estrategias nutricionales. Por ello, es fundamental el seguimiento por parte del hepatólogo y gastroenterólogo, así como de los profesionales del ámbito de la nutrición.
En cualquier caso, ya sea que tenga cirrosis hepática en etapa temprana o avanzada, se le darán instrucciones sobre cómo comer, teniendo en cuenta la capacidad de su hígado para procesar los alimentos y sus necesidades nutricionales. Por ello, sigue siempre las indicaciones del equipo médico que te atiende y comunica siempre cualquier síntoma nuevo o frecuente.
Fuentes y referencias adicionales
- Cirrosis hepática – revisión bibliográfica y reporte de caso , Revista de Ciência Veterinária e Saúde Pública, 2014; 1(1): 8-14.
- Ingesta de proteínas en la encefalopatía hepática: situación actual , Nutrire Revista da Sociedade Brasileira de Alimentação e Nutrição, 2014; 39(3): 338-347.
- Estudio del valor nutritivo de la leche de soya en el tratamiento de alcohólicos desnutridos , AMB Revista da Associação Médica Brasileira, 1991; 37(4): 163-168.
- https://www.mundoboaforma.com.br