Ni siquiera te saltas un día de entrenamiento, haces todos los movimientos recomendados por el staff hasta el agotamiento… ¿Pero sientes que tu trasero no ha cambiado todavía? Calma. No hay que desesperarse: conviene recordar que algunos objetivos requieren mucha paciencia y perseverancia, especialmente los relacionados con la hipertrofia.
Sin embargo, algunos errores pueden interponerse en el camino del gol, ¿sabes? Aunque parecen inofensivos, evitarlos marca la diferencia a la hora de conquistar un trasero duro. Verificar:
¿Por qué no me crece el trasero?
1 – La carga es incorrecta
Es posible que las cargas bajas no promuevan la hipertrofia deseada, pero debe estar cansado de escuchar. Sin embargo, lo que pocas personas saben es que los pesos demasiado altos también obstaculizan la evolución.
“Los músculos de los glúteos son pequeños. Y cuando ponemos una carga que no podemos manejar, terminamos trasladando todo el esfuerzo del movimiento a otras regiones (generalmente al cuádriceps, que suele ser más grande y fuerte) ”, explica la entrenadora personal e influencer del fitness Gabriela Bahia.
Y luego, ves: la pierna está incluso girada, pero el trasero está dañado. En ese caso, pida ayuda a su instructor para definir las libras que va a levantar.
2 – El movimiento está mal
Aquí, es la misma lógica. “Es necesario conocer la forma correcta de activar los músculos de los glúteos en cada uno de los ejercicios, ya sean multiarticulares o aislados”, dice Gabriela.
Debe contraer el área y el abdomen, mantener la columna erguida y tratar de aumentar su rango de movimiento tanto como sea posible. ¡La concentración lo es todo!
3 – Tu dieta es mala
Otro tema esencial para la ganancia de masa muscular es la dieta. Debe contener cantidades adecuadas de proteínas, carbohidratos y grasas (buenas) para alcanzar la meta.
Además, conviene recordar que un menú lleno de comida rápida y otros alimentos procesados promueve la acumulación de grasa, aumenta la flacidez y empeora la apariencia de la celulitis. Todo lo que quieres evitar con el entrenamiento, ¿no?
Entonces, ¡haga una cita con un nutricionista ahora!
4 – Duermes mal (o entrenas a tope todos los días)
El personal explica que cuando ejercitamos un músculo, generamos varias microlesiones en sus fibras. El descanso sirve, entonces, para que la región se recomponga y crezca. En otras palabras, es en los días posteriores al entrenamiento cuando realmente ocurre la hipertrofia.
Así que no renuncies a una buena noche de sueño. «Siempre recomiendo no activar la misma musculatura dos días seguidos para que se recupere».